martes, 3 de marzo de 2015

LA ÉTICA Y LAS COMPETENCIAS DEL INVESTIGADOR ACADÉMICO



Se define competencia como todas aquellas habilidades, aptitudes, actitudes y conocimientos concernientes, a la generación de la investigación. 

La competencia investigativa se inclina por la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica y experimental del individuo.




Las competencias investigativas deben estar relacionadas con el proceso de formación profesional, desarrollando habilidades para:

• observar
• preguntar
• registrar notas de campo
• experimentar
• interpretar información
• trabajo en equipo
• uso adecuado de la tecnología
• escribir correctamente acerca de su práctica profesional
• ordenar y sistematizar las acciones investigativas
• Publicación y gestión del conocimiento

La investigación académica presenta sus resultados y procedimientos de manera transparente y precisa y se fundamenta en la necesidad de plantear y desarrollar proyectos de investigación que analizan y elevan la calidad de enseñanza y aprendizaje en los colegios universidades y/o clase y surge de la importancia de la formación de los profesionales como investigadores y el valioso papel que este juega al dominar el proceso de investigación en el desarrollo científico de su profesión, ya que le permite disfrutar de su propio potencial para identificar dentro de su quehacer, problemas y procesos que le permiten alcanzar la experimentación metodológica, participando en el juego académico-investigativo.

La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social.
  
 Al aplicar la ética a la investigación donde se involucran seres humanos, Sampieri lo analiza desde tres ángulos:

1.    La ética de los seres humanos como participantes en la investigación:
a.    Se les debe informar del propósito de la investigación.
b.    Cuando la investigación involucra información individual, el anonimato debe ser garantizado.
c.    El participante puede renunciar al estudio, si así lo desea.
d.    Contar con el consentimiento del participante, para la investigación.

2.    La ética de los seres humanos como investigadores:
a.    La honestidad o integridad: lo cual incluye, adherirse a los datos, resultados y  hechos, no manipular información, veracidad en el reporte de resultados.
b.   Citar apropiadamente las referencias bibliográficas y no incurrir en piratería o plagio.
c.     Sensibilidad: mostrar respeto y evitar criticar al participante.
d. Confianza: como investigadores debemos ganarnos la confianza de los participantes.
e.    Presión o coerción: nunca se debe presionar a un participante a involucrase en la investigación y muchos menos inducir sus respuestas.
f.     Imparcialidad: no se debe dar preferencias a los participantes.
g.    Legalidad: se debe apegar a las normas.

3.    La ética de los seres humanos como usuarios:
a.    Lo que se espera que al momento que el investigador académico concluya su investigación, los resultados que aporte sean utilizados para el bien común y la justicia. Aunque lastimosamente, no siempre es así.

Los Códigos de ética profesional han existido al menos desde la antigua Grecia (código hipocrático). Todos expresan las conductas éticas de los grupos de personas que trabajan en una misma profesión. Estos códigos intentan representar los valores de la mayoría de los profesionales. Todos se centran en la consideración de valores positivos y especialmente en los daños morales asociados con diferentes tipos de actividades profesionales; sirviendo de recordatorio de obligaciones para los veteranos en la profesión, y punto de arranque y norma para los recién llegados.

Los códigos en investigación educativa son relativamente recientes. El primero, aunque no directamente referido a una asociación de investigadores educativos, fue el de la APA, American Psychological Association, en el año 1940.


En conclusión, un investigador académico tiene que tener la confianza de poder ir desarrollando un trabajo de investigación independiente, teniendo la capacidad de buscar materiales bibliográficas, comprenderlos, incorporarlos en sus propios trabajos de investigación, debiendo basarse en principios éticos, con el propósito de dar un aporte benéfico a las ciencias sociales, respetando  los derechos que las personas tienen legal y moralmente reconocidos. No todos los medios, que en un momento dado están al alcance del investigador educativo, son lícitos para llevar a cabo sus fines. Existe toda una serie de derechos que no deben ser quebrantados para no atentar contra la convivencia, la dignidad, la privacidad y la sensibilidad de personas. Al mismo tiempo, la integridad de multitud de instituciones (centros educativos, hospitales, prisiones...), que pueden ser escenario de diferentes investigaciones educativas, debe ser preservada. 

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