Se define competencia como
todas aquellas habilidades, aptitudes, actitudes y conocimientos concernientes,
a la generación de la investigación.
La competencia investigativa se inclina
por la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación
académica y experimental del individuo.
Las competencias
investigativas deben estar relacionadas con el proceso de formación profesional,
desarrollando habilidades para:
• observar
• preguntar
• registrar notas de campo
• experimentar
• interpretar información
• trabajo en equipo
• uso adecuado de la
tecnología
• escribir correctamente acerca
de su práctica profesional
• ordenar y sistematizar las
acciones investigativas
• Publicación y gestión del
conocimiento
La investigación académica
presenta sus resultados y procedimientos de manera transparente y precisa y se
fundamenta en la necesidad de plantear y desarrollar proyectos de investigación
que analizan y elevan la calidad de enseñanza y aprendizaje en los colegios universidades
y/o clase y surge de la importancia de la formación de los profesionales como
investigadores y el valioso papel que este juega al dominar el proceso de
investigación en el desarrollo científico de su profesión, ya que le permite
disfrutar de su propio potencial para identificar dentro de su quehacer,
problemas y procesos que le permiten alcanzar la experimentación metodológica,
participando en el juego académico-investigativo.
La ética estudia qué es lo
moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de
aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social.
Al aplicar la ética a la
investigación donde se involucran seres humanos, Sampieri lo analiza desde tres
ángulos:
1.
La ética de los seres humanos como
participantes en la investigación:
a. Se
les debe informar del propósito de la investigación.
b. Cuando
la investigación involucra información individual, el anonimato debe ser
garantizado.
c. El
participante puede renunciar al estudio, si así lo desea.
d. Contar
con el consentimiento del participante, para la investigación.
2.
La ética de los seres humanos como
investigadores:
a. La
honestidad o integridad: lo cual incluye, adherirse a los datos, resultados y hechos, no manipular información, veracidad en el reporte de resultados.
b. Citar
apropiadamente las referencias bibliográficas y no incurrir en piratería o
plagio.
c. Sensibilidad:
mostrar respeto y evitar criticar al participante.
d. Confianza:
como investigadores debemos ganarnos la confianza de los participantes.
e. Presión
o coerción: nunca se debe presionar a un participante a involucrase en la
investigación y muchos menos inducir sus respuestas.
f. Imparcialidad:
no se debe dar preferencias a los participantes.
g. Legalidad:
se debe apegar a las normas.
3.
La ética de los seres humanos como usuarios:
a. Lo
que se espera que al momento que el investigador académico concluya su
investigación, los resultados que aporte sean utilizados para el bien común y
la justicia. Aunque lastimosamente, no siempre es así.
Los Códigos de ética
profesional han existido al menos desde la antigua Grecia (código hipocrático).
Todos expresan las conductas éticas de los grupos de personas que trabajan en
una misma profesión. Estos códigos intentan representar los valores de la
mayoría de los profesionales. Todos se centran en la consideración de valores
positivos y especialmente en los daños morales asociados con diferentes tipos
de actividades profesionales; sirviendo de recordatorio de obligaciones para
los veteranos en la profesión, y punto de arranque y norma para los recién
llegados.
Los códigos en investigación
educativa son relativamente recientes. El primero, aunque no directamente
referido a una asociación de investigadores educativos, fue el de la APA,
American Psychological Association, en el año 1940.
En conclusión, un
investigador académico tiene que tener la confianza de poder ir desarrollando
un trabajo de investigación independiente, teniendo la capacidad de buscar
materiales bibliográficas, comprenderlos, incorporarlos en sus propios trabajos
de investigación, debiendo basarse en principios éticos, con el propósito de
dar un aporte benéfico a las ciencias sociales, respetando los derechos que las personas tienen legal y
moralmente reconocidos. No todos los medios, que en un momento dado están al
alcance del investigador educativo, son lícitos para llevar a cabo sus fines.
Existe toda una serie de derechos que no deben ser quebrantados para no atentar
contra la convivencia, la dignidad, la privacidad y la sensibilidad de
personas. Al mismo tiempo, la integridad de multitud de instituciones (centros
educativos, hospitales, prisiones...), que pueden ser escenario de diferentes
investigaciones educativas, debe ser preservada.
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